Fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo, disfrazada de hombre.
En 1776, Jeanne Baret decidió embarcarse junto al renombrado botánico Philibert Commerson como su asistente en la primera circunnavegación francesa del mundo. Commerson quería hacer un catastro de especies alrededor del globo y, de paso, poner el nombre de su país en los libros de ciencia de la época.